Caminando a través de los hermosos bosques nos sorprendió la aparición de un hombre con la cara pintada. Él sonrió y dijo: “Perfectamente normal”. Después detrás de él había un grupo de al menos 30 o 40 niños riendo y más adultos, todos con pintura en la cara y claramente a punto de embarcarse en algún juego elaborado.

Para los niños el Festival de Verano es una experiencia increíble. Todos los días disfrutan de maravillosas amistades internacionales y son entretenidos por hábiles magos, payasos, acróbatas y  participan en juegos y espectáculos. Todas estas actividades son organizadas por voluntarios del festival. Para estos voluntarios, éste es un festival para estimar a los demás.

Guen-la Khyenrab algunas veces combina las enseñanzas del desarrollo y la mejora de apreciar el amor con sentido del humor leyendo fragmentos de Cómo Transformar Tu Vida:

“Dondequiera que miremos, sólo encontramos la bondad de los demás. Todos estamos interconectados en una red de bondad de la que es imposible separarnos”.

Por supuesto, el festival hace que la red de bondad sea fácil de reconocer. Una estudiante de Kadampa trajo a su madre de 60 años al Festival, era la primera vez que su madre había participado en un evento Kadampa de cualquier tipo. Le dijo a su hija: “En cada persona que conoces aquí, puedes sentir su bondad.”

Es increíble que un evento de tal magnitud pueda ser dirigido por voluntarios, pero es la verdad. Los cocineros del festival, los empleados del aparcamiento sonriendo bajo la lluvia, el personal de seguridad patrullando el campamento por la noche, los organizadores que hay detrás de todo dedican largas horas y, en algunos casos, meses de preparación, para poder dar este hermoso festival al mundo. Y así cuando los voluntarios del café le sirven la comida o recogen sus platos usados, cuando los voluntarios le guían a su asiento, cuando los limpiadores del baño le piden que espere hasta que hayan terminado la limpieza, se puede sentir su amabilidad.

La meditación matutina de Guen Devi estuvo enfocada en ser un Bodhisattva y en practicar las seis Perfecciones. Aquí estamos entrenando en hacer precisamente eso. Estamos juntos experimentando el corazón del Buda Dharma, el amor que estima a los demás. Es magnífico participar en tal sociedad, da esperanza, necesitamos esta experiencia.
La madre del estudiante Kadampa dejó el festival al otro día para regresar a su país decidida a venir a futuros festivales. Su hija dijo: “¿Sabes lo que se lleva mi madre del festival? ‘Puedo cambiar.'”
Necesitamos esto.