-¿Y si hoy fuera tu último día?- Preguntó Guen-la Dekyong hace unos días durante su enseñanza sobre la meditación en la muerte. -¿Qué harías?-. La respuesta de Guen-la fue que pasaría ese último día con su Guía Espiritual, mezclando su mente con la suya.

Por supuesto, la cuestión es que hoy podría ser nuestro último día. Ésta podría ser nuestra última sesión de meditación. Si supieras que ése fuera el caso, ¿permitirías que tu mente se distrajera? ¿O te asegurarías de que tu mente se mezclara profunda y alegremente con las bendiciones de tu Guía Espiritual?

Hoy es el primero de los dos días de retiro, dos días para llevar las enseñanzas de la primera semana al corazón. En cada sesión Guen Losang se está asegurando de que estemos mezclando nuestra mente con la mente completamente pura y con las poderosas palabras inspiradoras de nuestro Guía Espiritual. Comienza guiándonos hacia un estado de conexión sincera con el Guru Buda Shakyamuni imaginándolo en el espacio frente a nosotros. Para la contemplación Guen Losang simplemente nos lee del libro Cómo Transformar Tu Vida, durante el día de hoy principalmente de la introducción y del primer capítulo. Él lee de manera lenta y contemplativa permitiendo que el impacto completo y el significado de las palabras resuenen. Hay algo muy poderoso en su interpretación. Las frases repentinamente resuenan en la mente de cada uno con un nuevo significado. Lo que queda claro es cómo estas palabras de Gueshe-la están impregnadas por la experiencia de su mente, cómo evocan de manera natural la expansión apacible del estado meditativo y están diseñadas para inducir ese estado en el corazón del lector que lee o del oyente que escucha con una mente de fe, abierta y completamente atenta.

Deja espacio al final para que podamos mantener en la meditación de emplazamiento las intenciones puras o las percepciones que han surgido. Y finalmente él guía maravillosamente la disolución de la mente de Guru Buda Shakyamuni en nuestra propia mente, en nuestro corazón, permitiendo que vislumbremos la claridad dichosa de la iluminación libre de todas las apariencias equívocas. Él entonces nos anima a permanecer atentos a nuestro Guía Espiritual y a la naturaleza ilusoria de las apariencias durante la pausa de la meditación.

En las primeras sesiones el templo y las carpas resonaron con el sonido del viento y de la lluvia desde el exterior. Pero por la tarde se aclaró espectacularmente permitiendo una visión expansiva cristalina, un bello eco del poder de las bendiciones de Buda para despejar nuestra mente.

¿Y si hoy fuera tu último día?