Hoy vamos por ello. Ahora comienzan dos días de retiro guiados por Kadam Morten. En cinco sesiones durante el día, la familia Kadampa se ha tomado el tiempo de poner en práctica conjuntamente las enseñanzas que hemos recibido de Guen-la Khyenrab durante los últimos cinco días, mezclando nuestros corazones con las profundas y conmovedoras instrucciones del Venerable Gueshe-la sobre el desarrollo del supremo buen corazón  de la bodhichita expuesto en Cómo transformar tu vida.

Kadam Morten comenzó el día ayudándonos hábilmente a reconocer nuestro potencial puro de Buda – imaginando la paz y la alegría de un buen corazón que estima a todos los seres sintientes, contrastando esa felicidad con los sentimientos incómodos de una actitud ordinaria y egoísta. Con esta experiencia, ¡en realidad no es en absoluto tan difícil querer ser el Bodhisatva verdadero en el que hemos prometido convertirnos!

Sentado en el hermoso Templo Kadampa rodeado de felices meditadores de todo el mundo, todos sinceramente centrados en el amor que estima a los demás, se puede entender como un mundo mejor es posible. En realidad no hay ningún otro lugar donde preferiríamos estar. Para aquellos de nosotros con la suerte de estar aquí para el retiro, va a ser difícil marcharnos, pero cuando lo hagamos, la sensación contundente que nos llevaremos será nuestra determinación de estimar más a los demás como la mejor manera de resolver nuestro propios problemas y los de los demás.

Entre las sesiones, a pesar de las nubes de lluvia amenazadoras y a pesar de la aparición de algún chubasco ocasional (sin arco iris hoy), seguimos las instrucciones de relajarnos y disfrutar – pero de una manera virtuosa: poniendo nuestros buenos corazones en práctica hablando de las enseñanzas y de las meditaciones juntos, compartiendo nuestra experiencia, y seguir ayudando en el funcionamiento del festival.

Uno de los aspectos más inspiradores de los Festivales que muchas personas comentan es la felicidad profunda y apacible que se puede sentir y ver a nuestro alrededor. Los Festivales nos dan la oportunidad de entender una verdad en primera persona, que la felicidad proviene de los méritos – la buena energía creada en nuestras mentes cuando realizamos acciones virtuosas. A través de los poderosos méritos que creamos beneficiando a los demás a través de nuestras tareas en el Festival, nuestras meditaciones en el templo parecen más fáciles. Realmente nos hace querer ayudar, y nos hace desear meditar más. ¡Algunas personas siguieron meditando en la playa! Este es el poder de un buen corazón, y hoy en el Festival se transmite unos a otros.