Después de la meditación matinal de Guen Devi sobre el amor que estima a los demás, Guen-la Khyenrab dió un comentario inspirador a la sección “Los seres vivos no tienen faltas” en la que nos animan a conectarnos a nuestra pepita de oro y a la de nuestro potencial ilimitado, nuestra naturaleza de Buda, y no a la suciedad de nuestras perturbaciones. Dijo que deberíamos meditar siempre en esta frase tanto con respecto a nosotros mismos como a los demás: “En el corazón de la persona más cruel y degenerada se encuentra el potencial de amor ilimitado, la compasión y la sabiduría”.

Por la tarde, siguió con una poderosa enseñanza sobre las faltas de la estimación propia, para que desarrollemos un fuerte deseo de “detener nuestra mente de seguir esta perturbación” hasta que finalmente podamos abandonarla. Explicó como no hay contradicción entre centrarse en las faltas de la estimación propia y ver a los seres sintientes como seres “sin faltas”, porque el problema es la estimación propia y no los seres sintientes.

Guen-la leyó extensamente del libro Cómo transformar tu vida destacando lo profundas, claras y extensas que son las enseñanzas de Gueshe-la y animándonos a no pensar, “ya sabemos esto”, sino a volver al texto una y otra vez hasta que realicemos el significado por completo.

Con tanta gente reunida, el Festival ofrece muchas oportunidades, no sólo para apreciar a los demás, sino también para reconocer nuestra propia  estimación propia: de pie en las colas para el almuerzo, a veces no llegar a sentarnos donde queremos en el templo, haciendo nuestro trabajo voluntario … por supuesto, algunas perturbaciones se pueden manifestar a veces. Pero es por eso por lo que estamos aquí. Para aprender a reconocer las perturbaciones cuando surgen, para examinar sus faltas y para aprender hábilmente cómo dejarlas ir. Aquí en el Festival, estamos en un entorno donde todos nos estamos entrenando juntos y por lo tanto el estímulo para aplicar el Dharma a nuestra propia mente de manera práctica es fuerte, tal y como dice Gueshe-la. Y cuando lo aplicamos, descubrimos que el Dharma funciona. Y nuestra mente cambia y las perturbaciones disminuyen.

Y la iluminación es posible.