Tras la sesión de la tarde (la quinta del primer día de retiro), una persona que está haciendo el retiro me dijo: “¡Qué precioso primer día!”. Le pedí que me explicara más y me dijo: “Cuando haces un retiro, comienzas a entender mejor el significado que hay detrás de las palabras. Por ejemplo, una palabra como ‘liberación’ que tanto empleamos, durante el retiro comienzas a sentir la posibilidad real de la liberación permanente en tu mente ¡y esto es fantástico!”.
Además, añadió, “con cada sesión sientes como los objetos de la meditación de Lamrim amplían tu mente. Sientes como tus horizontes crecen. Te hacen darte cuenta de que normalmente vivimos con una visión tan reducida…”
A otra persona le pregunté, ‘¿cómo ha estado tu retiro?’ -“¡Genial!”, me respondió. “Me encanta cómo guen Tubchen lo presenta, nos ofrece tantas formas distintas de transformar las distracciones en objetos de meditación. ¡Estas meditaciones sobre la renuncia me están llegando muy profundo!”.
En la meditación de la mañana guen Tubchen, de manera suave pero aguda, nos había guiado en la experiencia de la claridad de la mente, ayudándonos a disolver en esa inmensa claridad todas las preocupaciones que nos distraen. Sobre la base de esta experiencia, en la segunda sesión nos condujo a contemplar la visión básica budista, de que la felicidad y la libertad de nuestras incontables vidas futuras son más importantes que la felicidad y la libertad de esta única vida. Esto nos llevó, a su vez, a dos poderosas meditaciones sucesivas, sobre la renuncia y, por último, sobre el amor que estima a los demás: puesto que yo soy solamente una persona y los demás son innumerables, desarrollamos la creencia de que la felicidad y la libertad de los demás es más importante que la nuestra.
Guen Tubchen nos ofreció consejos maravillosos para considerar la mente como un cielo despejado y a las distracciones como nubes que aparecen en ella. Hemos de identificarnos con el cielo, para dejar que las nubes se disuelvan y el sol de nuestras mentes positivas pueda brillar.
¡Es una experiencia increíble meditar, junto a miles de practicantes, sobre estos estados mentales tan poderosos que transforman positivamente nuestra vida. Se palpa el énfasis de dirigir la atención hacia adentro y prevalece, por todas partes, una sensación de tener la mente bendecida y elevada.
Durante los intervalos de tiempo entre las sesiones, la energía del Festival se dirige menos hacia afuera, pero sigue llena de alegría y de intercambio sincero. Estamos experimentando cambios internos y, a su vez, estos cambios afectarán a todos los demás.
¡Qué maravillosa ofrenda de agradecimiento a nuestro Guía Espiritual! ¡Y qué regalo tan poderoso para el mundo!